El 23 de Marzo de 2010 un adolescente ingles de 16 años de edad, tomó el hámster de su hermano, y de forma traviesa y risueña, lo metió a un horno microondas, supuestamente para cocinarlo. El animal sobrevivió al intento de ‘cocción’ pero las visibles quemaduras que tenía en su pata derecha llevaron a la mamá del menor, horas después, a buscar la ayuda de una amiga suya, la cual llamó a un veterinario.
El diagnóstico no fue esperanzador. La víctima, con edad de 1 año y de género femenino, había sufrido serias lesiones que comprometían varios de sus órganos y exigían que su pata derecha fuera amputada. Horas después se anunció su deceso, luego de haber padecido dolores intensos y un sufrimiento innecesario, por un período de tiempo que pudo haber sido de horas o incluso días, según declaraciones del veterinario que lo atendió.
El hecho sirvió para que la Corte Juvenil de Kettering, Inglaterra, realizará un proceso jurídico que terminó el pasado 11 de Junio en contra del joven. La condena impartida por el juez consistió en prisión de 4 meses y la imposibilidad de tenencia de mascotas durante 4 años.
Inicialmente el menor, procedente de Corby (ING) y quien no puede ser nombrado debido a su edad, negó lo sucedido, pero la parte acusatoria aseguró que ya había metido al hámster tres veces en el horno microondas mientras reía, y que había visto aquello como una simple travesura, sin mostrar ningún arrepentimiento.
La defensa alegó la sentencia y dejó claro que el caso podía ser resuelto con una buena guía hacia el niño infractor. Sin embargo, el juez decidió que la crueldad del caso ameritaba reclusión. “Es un acto deliberado para hacer sufrir a un animal que terminó en su muerte».
Los acusadores del menor expresaron insatisfacción ante la determinación de prohibirle tener mascotas en cuatro años porque les parecía un acto de extrema crueldad que merecía un mayor castigo. «Es difícil imaginar cuánto dolor puede sufrir un animal al ser metido en un microondas», señalaron.